Es su gran bestia negra. El petróleo sube y las aerolíneas tiemblan. Tienen motivos. Según la Asociación Internacional del Transporte Aéreo (IATA), las compañías del sector recortarán este año en 500 millones sus beneficios como consecuencia de la escalada del ‘oro negro’ a máximos de más de dos años y medio. Pero se defenderán. IATA advierte que, para minimizar el daño y hacer frente al encarecimiento del combustible, elevarán los precios de los billetes.
Así, mientras las tensiones en la denominada región MENA (Medio Este y Norte de África) no cesan, las aerolíneas tratan de aguantar el tipo. Tras las revueltas en Túnez y Egipto, los tumultos se han trasladado a Libia, el noveno mayor productor de crudo de los 12 países de la OPEP con una producción de 1,6 millones de barriles diarios. Con el Brent cotizando por encima de los 116 dólares el barril y el West Texas estadounidense a 106 dólares, las compañías aéreas no levantan cabeza en bolsa y acumulan fuertes caídas. En el caso de International Airlines Group (AIG), fruto de la fusión Iberia y British Airways, la entidad ha perdido 1.275 millones de euros, después de que sus títulos se hayan desplomado casi un 20% desde que comenzara a cotizar en la bolsa española el pasado 24 de enero.